lunes, 15 de octubre de 2012

Ernest Hemingway, la pipa desde la trinchera hasta la tarde de toros




Cuando escuchamos su nombre, nos aparece su imagen de aventurero, su barba blanca y su inseparable tabaco habano o su pipa. Hemingway sigue teniendo siempre reminiscencias de aventura.

Novelista estadounidense cuyo estilo se caracteriza por los diálogos nítidos y concisos y por la descripción emocional sugerida. Su vida y su obra ejercieron una gran influencia en los escritores estadounidenses de la época. Muchas de sus obras están consideradas como clásicos de la literatura en lengua inglesa.

Hemingway nace el veintiuno de julio de mil ochocientos noventa y nueve en Oak Park, Illinois, en cuyo instituto estudió.

Trabajó como reportero del Kansas City Star, pero a los pocos meses se alistó como voluntario para conducir ambulancias en Italia durante la I Guerra Mundial. Más tarde fue transferido al ejército italiano resultando herido de gravedad.

Después de la guerra fue corresponsal del Toronto Star hasta que se marchó a vivir a París, donde los escritores exiliados Ezra Pound y Gertrude Stein le animaron a escribir obras literarias. A partir de 1927 pasó largas temporadas en Key West, Florida, en España y en África. Volviendo a España, durante la Guerra Civil, como corresponsal de guerra, cargo que también desempeñó en la II Guerra Mundial. Más tarde sería reportero del Ejército de Estados Unidos. Aunque no era soldado, participó en varias batallas. Es uno de los escritores más importantes entre las dos guerras mundiales.

Después de la guerra, Hemingway se estableció en Cuba, cerca de La Habana, y en 1958 en Ketchum, Idaho. Hemingway no se resistió a utilizar sus experiencias de pescador, cazador y aficionado a las corridas de toros en sus obras. Su vida aventurera le llevó varias veces a las puertas de la muerte: en la Guerra Civil española cuando estallaron bombas en la habitación de su hotel, en la II Guerra Mundial al chocar con un taxi durante los apagones de guerra, y en 1954 cuando su avión se estrelló en África

Hemingway describe en sus primeros libros la vida de dos tipos de personas.
· Por un lado, hombres y mujeres despojados por la II Guerra Mundial de su fe en los valores morales en los que antes creían, y que viven despreciando todo de forma cínica excepto sus propias necesidades afectivas.
· Por otro, hombres de carácter simple y emociones primitivas, como los boxeadores profesionales y los toreros, de los que describe sus valientes y a menudo inútiles batallas contra las circunstancias.

Entre sus primeras obras se encuentran:
Tres relatos y diez poemas (1923) los libros de cuentos,

En nuestro tiempo
(1924) su primer libro, con relatos que reflejan su juventud,

Hombres sin mujeres
(1927), libro que incluía el cuento 'Los asesinos', notable por su descripción de una muerte inminente,

El que gana no se lleva nada
(1933), libro de relatos en los que describe las desgracias de los europeos.

Fiesta
(1926), novela que le dio la fama y en la que narra la historia de un grupo de estadounidenses y británicos que vagan sin rumbo fijo por Francia y España, miembros de la llamada generación perdida del periodo posterior a la I Guerra Mundial.

Adiós a las armas (1929) es su segunda novela importante, conmovedora historia de un amor entre un oficial estadounidense del servicio de ambulancias y una enfermera inglesa que se desarrolla en Italia durante la guerra.

Muerte en la tarde (1932), artículos sobre corridas de toros,

Las verdes colinas de Africa (1935), escritos sobre caza mayor.
Hemingway había explorado temas como la impotencia y el fracaso, pero al final de la década de 1930 empezó a poner de manifiesto su preocupación por los problemas sociales, de este periodo es su novela
Tener y no tener (1937) y los primeros cincuenta y nueve relatos (1938), donde condena duramente las injusticias políticas y económicas. Dos de sus mejores cuentos, 'La vida feliz de Francis Macomber' y 'Las nieves del Kilimanjaro', forman parte de este último libro.

En la novela Por quién doblan las campanas (1940), basada en su experiencia durante la Guerra Civil española, intenta demostrar que la pérdida de libertad en cualquier parte del mundo es señal de que la libertad se encuentra en peligro en todas partes. Por el número de ejemplares vendidos, esta novela fue su obra de más éxito.

Durante la década siguiente, su producción literaria será reducida y verán la luz; Hombres en guerra (1942), Al otro lado del río y entre los árboles (1950). En 1952 llegará la obra que le otorgará el Premio Pulitzer de Literatura en 1953, El viejo y el mar, una novela corta, convincente y heroica sobre un viejo pescador cubano. En 1954 le fue concedido el Premio Nobel de Literatura. Su última obra publicada en vida fue Poemas completos (1960).

Los libros que se publicaron póstumamente incluyen
París era una fiesta (1964), un relato de sus primeros años en París y España, Enviado especial (1967), que reúne sus artículos y reportajes periodísticos, Primeros artículos (1970), la novela del mar Islas en el golfo (1970) y la inacabada El jardín del Edén (1986). Dejó sin publicar 3.000 páginas de manuscritos.

Murió en Ketchum el 2 de julio de 1961, disparándose un tiro con una escopeta.

HOMBRES PARADOJICOS



"Haven se levantó, golpeteó suavemente la pipa contra el cenicero que estaba sobre la gran mesa, estiró con languidez de tigre su cuerpo menudo y nervioso y se acercó lentamente a la cafetera puesta a hervir junto a la ventana".

"Observó cálidamente a su protegido mientras encendía la pipa y echaba las primeras bocanadas. Al fin se repantigó en la silla".

"El cuarto fue quedando en silencio: sólo se oía la respiración agitada de Keiris. Alar sintió que un nervio le palpitaba incómodamente en la parte inferior de la espalda. Haven siguió chupando plácidamente su pipa, pero sin perder detalle".

LAS NIEVES DEL KILIMANJARO


"-¿Durmió bien? -preguntó el cazador con su voz gutural, mientras encendía la pipa.
-¿Y usted?
-Maravillosamente -replicó el cazador blanco."

"Wilson se puso de pie y se alejó fumando su pipa. Habló algunas palabras en swahili con un portador de fusiles que se hallaba a su lado. Macomber y su mujer permanecieron sentados a la mesa."

"Estaba acostada en la estera inferior. Parecía enorme bajo la colcha. La litera superior la ocupaba su marido, que tres días antes se había cortado un pie con el hacha. Fumaba en pipa. La habitación olía que apestaba."

"Dentro estaba muy oscuro. En un rincón del salón, la gran cocina de porcelana atenuaba la penumbra. El cielo raso era bajo. A lo largo de una de las paredes había pulidos bancos y mesas manchadas de vino. Junto a la cocina, dos suizos fumaban en pipa y bebían sus vasos de vino fresco."

POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS


"Y cuando vuelva a mi puesto de la Universidad hará una mujer de profesor excelente, y cuando los estudiantes de cuarto curso de castellano vengan por la noche a fumar una pipa y a discutir de manera libre e instructiva sobre Quevedo, Lope de Vega, Galdós y otros muertos admirables, María podrá contarles cómo algunos cruzados de la verdadera fe, vestidos de camisa azul, se sentaron sobre su cabeza, mientras otros le retorcían los brazos, y le levantaban la falda para así amordazarla."

METROPOLIS


"Le hubiera gustado encender la pipa, de no ser porque allí estaba prohibido fumar. Asistió a los gritos de la muchedumbre y sus ataques constantes a la puerta con una impresión de ceñuda complacencia."

"El señor Zorro se fue a dar un paseo. Fue por un camino entre hermosas praderas llenas de flores; llevaba la chaqueta de los domingos y su cola peluda muy erguida y fumaba en su pequeña pipa e iba cantando sin parar."

Por entre el humo de tu pipa, no te será difícil entrever su figura en una tarde de toros; sonriendo aferrado a una caña que tiene al otro extrema de la línea un gran pez; pensar en aventura es rememorar al mito en toda su grandeza y olvidar al hombre y sus miserias.

Salud y buena pipa


Pedro Romero-Auyanet
-Canarias-

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