lunes, 15 de octubre de 2012

Noah Gordon





Noah Gordon nació en el seno de una familia de origen judío el 11 de noviembre de 1926 en Worcester, Massachusetts, hijo de Robert y Rose Gordon. Tenía un hermano llamado Mel y una hermana de nombre Dorothy.
Después de ingresar en el ejército estadounidense en plena Segunda Guerra Mundial, participando en servicios administrativos en San Francisco, Noah acudió a la Universidad de Boston para estudiar medicina, como así era el deseo de sus padres, pero finalmente terminó cursando periodismo.
A comienzos de los años 50 contrajo matrimonio con Lorraine y comenzó a trabajar como editor en Nueva York en la compañía Avon Publishing. Posteriormente escribiría en la revista "Focus" y en diversas publicaciones como freelance.

A finales de década logró establecerse en su ciudad natal trabajando como reportero para el periódico "The Worcester Telegram". Más tarde pasaría por el "Boston Herald" y comenzaría comenzaría a interesarse vivamente por el
mundo de la medicina y la ciencia, trabajando como editor del "Journal of Abdominal Surgery" y articulista en varias revistas médicas, como el "Psychiatric Opinion", siendo impulsado en su trabajo por el eminente doctor Harry Salomon.

Su primera novela sería "El Rabino" (1965), un texto de claves autobiográficas protagonizado por Michael Kind que cosechó un éxito de ventas considerable. Más tarde aparecerían títulos como "El comité de la muerte" (1969), en donde el tema médico era parte esencial de la trama, "El diamante de Jerusalén" (1979), y su consagración como escritor de best-sellers, "El médico" (1986), primera parte de la conocida trilogía sobre la familia de origen británica Cole, que continuaría con "Chamán" (1992) y "La doctora Cole" (1996). Sus últimos trabajos han sido "El último judío" (2000), con acción transcurrida en la España del siglo XV y el protagonismo de un personaje llamado Yonah Toledano, y "Sam y otros cuentos de animales" (2002), un libro de cuentos dedicado al público infantil.
En algunas de sus novelas que he leído, sus personajes son fumadores, más o menos refinados, de pipa. Veamos algunos ejemplos.
EL RABINO
"La cuarta mañana, después de recitadas las oraciones, levantó la mirada y vio al holandés que, apoyado en la barandilla, le estaba contemplando. El hombre sonrió respetuosamente y llenó su pipa. Después de aquello, Isaac se sintió en la embarcación como en su propio hogar."
"Cogió una caja de cartón y metió en ella sus volúmenes de los comentarios, sus pipas, seis latas de Prince Albert, varios tacos de papel y un paquete de lápices. Se acercó al barril de habichuelas y rebuscó en él hasta sacar la botella de whisky, que agregó a las cosas contenidas en la caja. Luego, salió de la tienda sin volver la vista atrás."


"Ruthie se levantara de un salto, exhalara un grito y se desmayara con gran sinceridad. Para decepción de la familia, Saul resultó ser un extranjero; era más pequeño de lo que habían imaginado por sus fotografías, muy británico, con su pipa, sus trajes de tweed, su acento y sus títulos de la Universidad de Londres."
"En la cabaña, encontró una docena de pipas sin usar, puestas en una taza, y un recipiente lleno de tabaco rancio. Se sentó delante del fuego, fumando y pensando. Afuera, el viento aumentó un poco de intensidad. Se sentía cómodo, abrigado, sereno. Cuando le empezó a entrar sueño, atizó el fuego y acercó la cama."


"Una vez que acabaron con los platos, Michael se sentó en el sofá y fumó su pipa, mientras observaba la forma en que se aplastaban los pechos de Leslie al tenderse boca abajo tratando de resolver el crucigrama."


Este pasaje me encanta porque en él ha sabido retratar lo que debe ser fumar en pipa en compañía, independientemente de las formas de pensar. Debe ser una acto placentero donde la buena conversación, calmada y agradable, prevalezca sobre las diferencias de pensamiento.

"En la sosegada quietud de la madrugada, Michael y el sacerdote empezaron a hablar mientras se apoyaban en la cerca de madera, dejando que el humo de sus pipas se perdiera en la bruma y contemplando cómo la gigantesca excavadora arrancaba enormes pedazos de la colina. Mantenían su conversación al margen de la religión. Los deportes constituían un tema adecuado y nada peligroso; dependían de la forma de los Seals y de los partidos del equipo contra Los Ángeles"

"Sin mostrarse arrogante, no presentó excusas por su arte. Permaneció sentado, fumando su corta pipa y mirándoles, mientras ellos contemplaban su obra. Tenía muñecas fuertes, ojos tristes y oscuros, espesos cabellos grises y un enorme bigote, parecido a un pequeño cepillo, sobre el labio superior; un bigote, pensó Michael, que le declaraba inmerso en cualquier juego que el mundo estuviera realizando. Entre sus obras, había cuatro templos verdaderamente excepcionales y media docena de iglesias, así como una insólita y sorprendente biblioteca infantil para una ciudad del Medio Oeste. Miraron los planos y bocetos, deteniéndose preferentemente sobre los de los templos."


EL COMITÉ DE LA MUERTE
"-Ejem... Bueno, no puedo formular un diagnóstico por la misma razón que tú tampoco podrías saber, con sólo hablar por teléfono con él, si un paciente tiene carcinoma -Thornton cogió la bolsa del tabaco y se puso a llenarse la pipa-. ¿Dices que sus padres están divorciados?
Adam asintió.
-Lleva bastante tiempo separada de ellos.
-Eso podría influir, por supuesto. Estamos empezando a aprender algo, poco a poco, sobre enfermedades imaginarias. Algunos médicos han calculado que ocho de cada diez de sus pacientes les consultan por razones psicosomáticas. Su dolor es igual de real que el de los otros pacientes, claro, pero es la mente la que se lo causa, no el cuerpo -Encendió una cerilla y dio una chupada a la pipa-."
"Gerald, acabarás hecho un pedante, profetizó al salir del despacho entre el humo de la pipa. Luego sonrió. Sin duda, Thornton toleraría pacientemente esta observación, calificándola de transferencia negativa"


CHAMAN
"El llanto de los niños no le molestaba en absoluto, por supuesto; pero el vagón estaba impregnado de una mezcla de olor a calcetines sucios, pañales cagados, malas digestiones, cuerpos sudorosos, y el aire viciado por el humo de cigarros y pipas. La ventanilla parecía un desafío, pero él era grande y fuerte, y por fin logró levantarla, cosa que pronto resultó un error. Tres vagones más adelante, la alta chimenea de la locomotora despedía, además de humo, una mezcla de hollín, carbonilla, encendida y apagada, y cenizas, que empujada hacia atrás por la velocidad del tren, en parte logró entrar por la ventanilla abierta."
"Nick encontró a un constructor de cabañas llamado Alden Kimball, un hombre infatigable, delgado como un palo, que tenía los dientes amarillos porque siempre estaba fumando en una apestosa pipa hecha con una mazorca. Había crecido en una granja en Hubbardton, Vermont, y últimamente era un réprobo mormón de Nauvoo, Illinois donde los adeptos eran conocidos como los santos del último día, y se rumoreaba que los hombres tenían tantas esposas como querían."
"Después de que Nick se marchara, Alden estuvo trabajando en silencio aproximadamente durante una hora; luego dejó de colocar clavijas y se acercó a Rob, que estaba almohazando a Meg. Golpeó la pipa contra el tacón de la bota para quitar el tabaco."
"Si esto hubiera ocurrido en los viejos tiempos, habría exigido la convocatoria de bandas, carreras y juegos sauk remotos, fumar la pipa de la paz, y una reunión secreta de los Mideéwiwin, la sociedad de medicina de las tribus algonquinas. Pero los viejos tiempos habían pasado. En todas partes los pieles rojas eran dispersados y acosados."
"Lillian Geiger no comía carne fuera de su casa. Sarah sirvió crema de cebolla, bagre con salsa de champiñones, ganso asado con salsa de menudillos, buñuelos de patata, budín de ciruelas hecho con la confitura de Lillian, galletas, queso y café. Sarah regaló a su esposo y a sus hijos jerséis de lana. Rob a ella una manta de viaje de piel de zorro que la dejó sin respiración, y que fue elogiada por todos A Alden le regaló una pipa nueva y una caja de tabaco, y él lo sorprendió con unos patines de cuchilla hechos en la herrería de la granja... y suficientemente grandes para sus pies."
"Alden escuchó con atención, sin apartar los ojos de Chamán mientras chupaba y volvía a encender la pipa.
-Supongo que sabes lo que estás diciendo, ¿no? ¿Sabes que el precio de la lana va a mantenerse por las nubes mientras dure la guerra, y que un rebaño reducido os dará menos beneficios que los que obtenéis ahora?
Chamán asintió."
"En la ventana rota habían clavado una manta. El suelo estaba lleno de barro y en el aire aún flotaba el olor de las pipas y los cuerpos de aquellos hombres."


Buena pipa y lectura a todos y hasta la próxima ocasión.

Pedro Romero
-Canarias-

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