lunes, 15 de octubre de 2012

Los tiempos cambian demasiado deprisa



En unas décadas, de seguir esto así, creo que la mayoría no podrá recordar cómo era fumar en público.
Será un anacronismo, algo vetusto y del rancio pasado, el recuerdo de ver y, hacerlo nosotros, degustar una buena pipa o un habano tras una sabrosa comida en cualquier restaurante, o mientras seleccionábamos un tabaco o una nueva pieza para nuestra colección o simplemente pasábamos a comprar limpia-pipas por nuestro estanco favorito.

Verdaderamente las cosas están cambiando demasiado deprisa y en muy poco tiempo, pero es hermoso que lleguen hasta nosotros esos recuerdos de unos tiempos en los que, sobre todo, podíamos hablar de tolerancia.

Ahora todo lo relacionado con el tabaco y el fumar, y visto desde mis ojos de no amante del pitillo, se ha vuelto impopular, antimarketing, no vendible.
Pipa en boca, y poniendo proa hacia los confines de ese mar virtual que es Internet, todavía puedo tropezar con legajos de tiempos en los que grandes marcas estampaban, sin pudor alguno, sus logotipos en pipas; artículos para fumador….
La misma Disney, sin mayor problema, estampó su reconocidísimo logotipo en paquetes de mezcla de tabaco y en pipas, y no solamente su logo sino su nombre. Estas pipas, ahora casi irreverentes, no solo eran fumadas sino que se consideraban auténticas piezas de coleccionista y eran deseadas por fumadores de pipa de todo el Mundo.
A mediados de los años ochenta, no era nada difícil conseguir una pipa, maíz o brezo, en una visita a las tiendas de souvenirs emplazadas en el corazón del famoso parque temático que la factoría de sueños tiene en Orlando, Florida.

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