En unas décadas, de seguir esto así, creo que la
mayoría no podrá recordar cómo era fumar en público.
Será un anacronismo, algo vetusto y del rancio pasado, el recuerdo de ver y, hacerlo nosotros, degustar una buena pipa o un habano tras una sabrosa comida en cualquier restaurante, o mientras seleccionábamos un tabaco o una nueva pieza para nuestra colección o simplemente pasábamos a comprar limpia-pipas por nuestro estanco favorito.
Verdaderamente las cosas están cambiando demasiado deprisa y en muy poco tiempo, pero es hermoso que lleguen hasta nosotros esos recuerdos de unos tiempos en los que, sobre todo, podíamos hablar de tolerancia.
Ahora todo lo relacionado con el tabaco y el fumar, y visto desde mis ojos de no amante del pitillo, se ha vuelto impopular, antimarketing, no vendible.
A mediados de los años ochenta, no era nada difícil
conseguir una pipa, maíz o brezo, en una visita a las tiendas de souvenirs emplazadas en el corazón
del famoso parque temático que la factoría de sueños tiene en Orlando, Florida.
Algunas Prince Albert, como la de la foto, se vieron engalanadas con las orejotas del famoso Ratón. Por esos tiempos hablamos de unos 10 o 20 dólares, ojo con ese precio de hace casi 20 años, lo que teníamos que pagar para hacernos con una de esas preciadas pipas.
Además de la pipa se utilizaba como soporte publicitario todo lo relacionado con ella; mecheros, atacadores…
Será un anacronismo, algo vetusto y del rancio pasado, el recuerdo de ver y, hacerlo nosotros, degustar una buena pipa o un habano tras una sabrosa comida en cualquier restaurante, o mientras seleccionábamos un tabaco o una nueva pieza para nuestra colección o simplemente pasábamos a comprar limpia-pipas por nuestro estanco favorito.
Verdaderamente las cosas están cambiando demasiado deprisa y en muy poco tiempo, pero es hermoso que lleguen hasta nosotros esos recuerdos de unos tiempos en los que, sobre todo, podíamos hablar de tolerancia.
Ahora todo lo relacionado con el tabaco y el fumar, y visto desde mis ojos de no amante del pitillo, se ha vuelto impopular, antimarketing, no vendible.
Pipa en boca, y poniendo proa hacia los confines de ese mar virtual
que es Internet, todavía puedo tropezar con legajos de tiempos en los que grandes marcas estampaban, sin
pudor alguno, sus logotipos en pipas; artículos para fumador…. La misma Disney, sin mayor problema, estampó su reconocidísimo logotipo en paquetes de mezcla de tabaco y en pipas, y no solamente su logo sino su nombre. Estas pipas, ahora casi irreverentes, no solo eran fumadas sino que se consideraban auténticas piezas de coleccionista y eran deseadas por fumadores de pipa de todo el Mundo. |
Algunas Prince Albert, como la de la foto, se vieron engalanadas con las orejotas del famoso Ratón. Por esos tiempos hablamos de unos 10 o 20 dólares, ojo con ese precio de hace casi 20 años, lo que teníamos que pagar para hacernos con una de esas preciadas pipas.
Además de la pipa se utilizaba como soporte publicitario todo lo relacionado con ella; mecheros, atacadores…
Y si tenemos la pipa y el tabaco, necesitaremos la lumbre. Pues también esta necesidad estaba
cubierta y bien publicitada con la imagen de Disney
Pero lo dicho, todo ha cambiado. Salvo que esté
tremendamente equivocado, dudo mucho que, hoy en día, se lanzara al mercando, nuevamente, alguna pipa con
los logotipos estampados en ella.
En unos pocos años más, solamente en series irreverentes,
como los Simpsons, podremos ver a un lobo de mar, el capitán Horatio, con la cachimba colgando de su boca.
Saludos y buen pipa Pedro Romero-Auyanet -Canarias- |
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