domingo, 14 de octubre de 2012

EL TABACO


"Hallaron los dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaba a sus pueblos, mugeres y hombres, con un tizón en la mano, (y) yervas para tomar sus sahumerios que acostumbravan. No hallaron poblaçión por el camino de más de çinco casas, y todos les hazían el mismo acatamiento. Vieron muchas maneras de árboles, yervas y flores odoríferas. La tierra muy fértil y muy labrada de aquellos mames y faxoes y hadas muy diversas de las nuestras, eso mismo panizo y mucha cantidad de algodón cogido y filado y obrado; y que en una sola casa avían visto más de quinientas arrovas y que se pudiera aver allí cada año cuatro mill quintales.
Dize el Almirante que le pareçia que no lo sembravan y que da fruto todo el año; es muy fino, tiene el capillo grande. Todo lo que aquella gente tenía diz que dava por muy vil preçio y que una gran espuerta de algodón dava por cabo de agujeta o otra cosa que le dé. Son gente, dize el Almirante, muy sin mal ni de guerra, desnudos todos, hombres y mugeres, como sus madres los parió. Verdad es que las mugeres traen una cosa de algodón solamente, tan grande que le cobija su natura y no más. Y son ellas de muy buen acatamiento ni muy negro (s) salvo menos que canarias".
Así es como Rodrigo de Jerez, uno de los marinos que acompañó al Almirante Colón en su primer viaje a América y quien introdujo el hábito de fumar en España y en muchos otros países, relata, el que se considera primer contacto de europeos con el tabaco.
Pero el hombre ha fumado desde época más remotas. En las comunidades primitivas, el descubrimiento del fuego supuso un importante medio de evolución espiritual. Y cuando un día descubrieron que ese humo que respiraban provocaba en ellos un estado de conciencia desconocido y placentero, hicieron del fumar una necesidad que no tardó en convertirse en rito.
Los primeros que usaron las hojas de tabaco para fumarlas fueron los mayas hace mil quinientos años. En los restos procedentes de tallas y grabados, descubrimos cómo este pueblo centroamericano dio al fumar un carácter religioso y ceremonial. Imágenes como sacerdotes fumando en actitud de adoración al sol, augurando el éxito de un cultivo que, sin duda, revolucionó la vida en el campo.
Algunos pueblos de la América precolombina no sólo emplearon el tabaco con fines rituales, sino que llegó a ser utilizado como remedio curativo. Y es que los nativos mayas estaban convencidos de que la enfermedad era producida por un mal espíritu que se apoderaba o habitaba en el enfermo, y sólo podía ser expulsado de él mediante el humo del tabaco. El empleo del tabaco sigue perdurando hasta el día de hoy en muchos rituales mágicos de diferentes religiones afro-americanas.
Dos especies diferentes y en estado silvestre se cosechaban en este Nuevo Continente:

 La Nicotiana Rústica, cuyo cultivo tenía lugar en México, el este de América y Canadá, que consistía en una hoja estrecha con un alto contenido de nicotina y tan amarga que se fumaba en pipa, lo que dio lugar a la famosa pipa de la paz.
 La Nicotiana Tabacum, alta, ancha y mucho más suave que la anterior.
Plantación de TabacoA finales del siglo XII, los aztecas invadieron el territorio maya y asimilaron la costumbre de fumar tabaco. Sin embargo, dieron al fumar un carácter más social que religioso, ya que lo más importante se centró únicamente en la magnificencia y el refinamiento de los utensilios de fumar. Los aztecas conservaron la costumbre hasta la llegada de los españoles a principios del siglo XVI.
Dos marineros, enviados por Colón como exploradores, son recibidos en las playas de San Salvador por nativos que les ofrecen frutas, jabalinas de madera y ciertas "hojas secas que desprendían una peculiar fragancia".
Uno de estos dos marinos, Rodrigo de Jerez, quedó cautivado por esta costumbre de fumar tabaco, que siguió practicando, incluso tras regreso a España y por la que tuvo que pagar un alto precio: la Inquisición lo encarceló por practicar algo pecaminoso e infernal.
Sin embargo, el hábito se puso de moda y en el siglo XVI el fumar había sido adquirido por todo tipo de clases sociales, distinguiendo la pipa entre las más elevadas y el rollo de hojas como precursor del cigarro puro, entre las más populares. Al principio, fueron los frailes en las huertas cerradas de sus conventos los más entusiastas plantadores de tabaco, quienes lo utilizaban con fines ornamentales y medicinales. Así, el hecho de que el tabaco se cultivara preferentemente en estos lugares cerrados, llevó más tarde a dar el nombre de estancos a los comercios donde debía venderse.
En este paseo por la historia no hay que olvidar dos curiosas anécdotas que sin duda contribuyeron a la expansión del tabaco y que tuvieron lugar en Francia e Inglaterra.
La primera de ellas tiene por protagonista al embajador francés Jean Nicot, cuya buena acción puso de moda el fumar. La Reina Catalina de Médicis, quien sufría fuertes jaquecas, hizo caso a Nicot cuando le recomendó que lo tomara aspirándolo por la nariz. Los dolores desaparecieron y el rumor hizo que el tabaco, como remedio curativo, se extendiera por toda Francia y el resto de Europa. Cuando el botánico sueco Linneo publicó su Species Plantorum, no dudó en elegir el nombre Nicotiana Tabacum en homenaje al embajador.
La segunda anécdota la protagonizan los primeros navegantes ingleses, que bajo las ordenes de Sir Walter Raleigh, exploraron las costas orientales de Norteamérica. Su descubrimiento fue el estado de Virginia, que dio nombre al tipo de tabaco allí cultivado, y el cual no tardó en introducirse en la Inglaterra de la reina Isabel I. Años después, el tabaco se convirtió en la base económica de las colonias inglesas de la metrópoli. Y así es como los grandes viajes marítimos de los siglos XVI al XVIII alrededor del mundo, contribuyeron a llevar el tabaco y el hábito de fumarlo hasta las costas de Asia, África y Oceanía. Su culminación tuvo por protagonista al siglo XIX, en plena efervescencia del movimiento romántico. A partir de ahí, el tabaco no tardó en convertirse en el más revolucionario de los fenómenos sociales.
Fueron los cronistas españoles los verdaderos transmisores de lo que hoy en día puede denominarse como la historia del tabaco en España. Crónicas como las de Fernández Oviedo y Bartolomé De las Casas, entre otros, contribuyeron a extender su conocimiento y uso entre los europeos indianos y continentales.
 "Tomaban el aliento y humo para sí una y dos y tres y mas vezes hasta que quedaban sin sentido gran espacio o adormidos de un grande y muy pesado sueño (...) E aquel instrumento con que toman el humo llaman los Indios Tabaco, y no a la yerva o sueño que les toma. Pero esta yerva tenían los indios por cosa muy preciada y la crían en las haciendas y heredamientos de sus amos (…) porque dicen que cuando dejan de trabajar y toman el tabaco, se les quita el cansancio. Sé que algunos cristianos lo usan, en especial algunos que están tocados por el mal de las bubas, porque dicen los tales que aquel tiempo que están así transportados no sienten los dolores de su enfermedad."
 En un principio el tabaco llegaba a España de los indígenas, pero debido a la gran demanda nacional que existió en nuestro país a partir de la segunda mitad del siglo XVI, comenzó a llegar de la mano de los colonos.
El desarrollo del tabaco comenzó en la marinería, para extenderse después a los sectores marginales y grupos sociales de rentas muy bajas. Sin embargo, la evolución del hábito de fumar tabaco dio lugar a que los grupos de rentas más altas se apropiaran de esta práctica, produciéndose así un aumento del consumo que no escapó a la sutileza de Hacienda. Poco a poco, esta abrumadora expansión del tabaco hizo que los gobiernos vieran la posibilidad de un gran negocio. El aumento del consumo provocó una mayor fabricación y venta, lo que obligó a sustituir la fabricación artesanal por la industrial, y se fue creando un comercio internacional.
A principios del s. XVII, 1620, empieza a funcionar en Sevilla la primera fábrica de tabacos española bajo el nombre de La Real Fábrica de Tabacos de Sevilla, que se convertiría en la mayor construcción industrial del mundo. A Sevilla le sigue, por orden cronológico, la Fábrica de Cádiz.
En ellas se comenzó elaborando polvo de tabaco, muy apreciado en toda Europa, y más tarde cigarros puros hechos con hojas producidas en la colonias españolas de ultramar. La gran influencia de las fábricas españolas no disminuyó cuando, bastantes años después de su puesta en funcionamiento lo hicieran otras francesas, alemanas o italianas. Más tarde, en el año 1717, un Real Decreto de la Corona de España dio lugar a la fundación de la primera fábrica de tabaco en Cuba, la Real Factoría de La Habana, implantando así un régimen de monopolio para la naciente industria cubana.
A lo largo del siglo XVIII, los precios del tabaco se dispararon, lo que contribuyó a un aumento de la presión fiscal y a un acercamiento del fumar hacia los grupos adinerados.
 El tabaco de humo -sin previa elaboración- quedaba destinado entonces al resto de la sociedad, y el consumo de rapé -tabaco aspirado- se convertía en el mayor ritual costumbrista y social de Europa propio de las sociedades burguesas y aristocráticas.
 A finales de este siglo se produce un cambio en los hábitos de consumo de tabaco. De nuevo, los grupos sociales con más renta acaban por apropiarse del tabaco de humo, hasta entonces considerado como mercancía marginal, por lo que Sevilla se lanzó a la confección del cigarro puro, abandonando cada vez más el rapé. Poco después se unirían a esta producción las factorías de Madrid, Alicante, La Coruña, San Sebastián y Bilbao, lo que hizo del cigarrillo el gran protagonista del nuevo panorama social.
Desde finales del siglo XIX y comienzos del presente, el cigarrillo se coloca al frente de este mercado. Y mientras, el abaratamiento y la masificación de la producción contribuyen a que todas las clases sociales tengan un fácil acceso al tabaco. En este punto, fumar se ha convertido en un hecho universal.
Tipos de Tabaco
VIRGINIA Tabaco rubio dulce. Originario del estado que le otorga su nombre
BURLEY Tabaco negro fuerte. Suele ser la base de muchas mezclas.
KENTUCKY Tabaco negro, más fuerte que el Burley a partir de cuyas hojas se elabora. Aunque se destina principalmente para la elaboración de los puros, se suele usar bastante en las mezclas de tabaco de pipa.
LATAKIA Tabaco ahumado. Originario del Medio Oriente, se suele usar en para perfumar las mezclas, en diferentes proporciones que pueden ir desde un 15-20%, aunque hay algunas labores en las que están presente en mayor proporción. El Mississippi Mud lleva en torno al 30% y el Balkan Sobranie llevaba un 40% . Se hace a partir de hojas desekk-el-bint en Siria y de Izmir (o Smyrna, que es el otro nombre que recibe esta variedad) en Chipre. Puro es imposible de fumar en pipas convencionales, aunque en Turkia lo fuman en pipas de agua.
PERIQUE Tabaco fermentado en sus propios jugos, bajo fuerte presión, por espacio de muchas semanas, aroma más dulce que el Latakia. Se produce en Estados Unidos.
MARYLAND Tabaco de sabor suave. Obtiene su nombre del estado de origen.
CAVENDISH Tabaco fermentado bien con calor y presión, bien con vapor de agua. Se produce indistintamente a partir de virginias y de burleys (o de ambos) y es un tabaco de color negro brillante, muy suave y muy dulce. El cavendish es un tabaco usado muy ampliamente en mixturas para pipa, famosas labores holandesas, y goza de tanta aceptación que es ingrediente clave de mezclas que incluso se llaman así, como el Black Cavendish de Amphora.
 
Hay otros tipos, pero su utilización es muy reducida en la elaboración de las labores para pipa, como por ejemplo el HAVANA puesto que su utilización mayoritaria es para la elaboración de puros.
 
Agradezco para el apartado anterior -Tipos de Tabaco- las puntualizaciones, a veces correcciones,
de Uriel Marco (Visita sus webs: Uri i Dani y Festamajor)
 
El tabaco cultivado puede clasificarse de muy diferentes maneras pero desde un punto de vista comercial e industrial resulta más adecuado agrupar las variedades según el sistema de curado utilizado:
 
Tabacos claros curados en atmósfera artificial  -Flue-cured- Como los Virginia E.
Tabacos claros curados al aire -Light air-cured- Como los Burley E.
Tabacos oscuros curados al aire -Dark air-cured- Como los Burley F., Havana, Santa Fé
Tabacos curados al fuego  -Fire-cured- Como los Kentucky, Latakia
                           
 
La diferencias tendencias que marcan los 'tipos de mezclas' serían:
 
Gusto Holandés
 
El tabaco de pipa holandés original, que fuera del país no es fácil de conseguir, es el así llamado Baaitabak, también denominado tabaco Marylarnd.
 
La tradicional mezcla holandesa, está elaborada con abundante cantidad de tabacos indonesios curados al aire, complementados con tabacos de Virginia de impacto neutro a medio. Debe su sabor característico a la composición del tabaco. El elemento fundamental del sabor es la proporción de los citados tabacos indonesios curados al aire.
 
No se utilizan aromatizadores ni productos similares para la preparación del producto, por lo que tiene un sabor puro de tabaco. Una feliz coincidencia en esta composición es su estructura "suave y etérea", y su fácil combustión.
Entre los ejemplos podemos mencionar el Voortrekker, Schippers y el Friesche Heerenbaai.
 
Una modalidad de tabaco de Maryland más conocida mundialmente que el tabaco tradicional descrito es, de hecho, el Clan.
 
La línea Clan también tiene sus orígenes en los tabacos de Maryland, aunque ha ido un poco más allá para incorporar en la mezcla un toque de Latakia y el empleo de algunos aromatizantes (naturales) en la preparación, lo que da como resultado un producto que podría caracterizarse mejor como un Maryland aromático.

Gusto Inglés
Los tabacos de pipa ingleses tienen dos características típicas:
  1. la presión (el proceso Cavendish)
  2. el contenido de humedad.
Se distinguen por un contenido de humedad relativamente alto que, junto con el proceso Cavendish y el uso de sabores muy específicos (como extractos de flores) confiere a los tabacos su típica naturaleza fuerte, que combina un olor ligeramente agrio con un sabor que los expertos coinciden en describir como un tanto "jabonoso".
El proceso Cavendish, en el cual después de picarlo el tabaco es presionado, es típicamente británico, aunque en la actualidad se utiliza en todo el mundo, por lo que puede decirse que es típicamente británico sólo de origen.
Sin embargo, el proceso siempre garantiza una combustión fácil y lenta. La composición de los productos ingleses típicos de hoy se caracteriza por una gran cantidad de tabacos Virginia con alto impacto sobre el sabor, complementados con tipos aromáticos Burley de evidente sabor a nuez. Además, suelen utilizarse unos tipos de tabacos específicos, como el Latakia y el Perique.
Por lo general, estos productos se comercializan en forma presionada (como hebras o escamas /flake) o desmenuzada. Sin embargo, el proceso siempre garantiza una combustión fácil y lenta. La composición de los productos ingleses típicos de hoy se caracteriza por una gran cantidad de tabacos Virginia con alto impacto sobre el sabor, complementados con tipos aromáticos Burley de evidente sabor a nuez. Además, suelen utilizarse unos tipos de tabacos específicos, como el Latakia y el Perique.
En el primer caso, las hebras o escamas son separadas después de ser presionadas, lo que facilita su uso.
De esta manera se mantienen las cualidades del proceso de presión: sabor suave y combustión lenta, sin que los fumadores tengan que desmenuzar el tabaco.  
Entre los ejemplos de los tabacos ingleses típicos pueden mencionarse  Erinmore y  Dunhill.


Gusto USA
 
Los tabacos americanos tradicionales consisten en una alta proporción de Burley, complementada por Virginia y, en algunos casos, una pequeña proporción de tabacos negros.

Los Burley suelen ser fuertes, y a menudo son tratados mediante un proceso especial de tostado. Esto, junto con los sabores añadidos, confiere a estos tabacos su carácter específico, a menudo fuerte, con aromas como vainilla, caramelo, extractos de frutas, whisky, guindas, etc.
 
Gusto Danés
 
Los tabacos de pipa daneses y en general escandinavos, gozan de una extraordinaria reputación, y en la région todavía es sede de varias importantes firmas productoras. Sin embargo, lo sorprendente es que no existe un producto que pueda identificarse como tabaco de pipa genuinamente originario de Escandinavia.
 
Lo que sucede es que los fabricantes escandinavos han tenido la inventiva necesaria para producir nuevas mezclas de tabacos caracterizadas por una amplia variedad de estilos y procesos.
 
Escandinavia es la cuna del mezclado. Es allí donde se producen todas las variedades de excelentes mezclas a partir de un sinfín de variaciones que emplean productos semiacabados.
 
Entre éstas se incluyen las combinaciones de productos desmenuzados con tabacos presionados, tabacos fermentados, etc. 

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